El 8 de marzo de 2010 se conmemoró los 100 años del Día Internacional de la Mujer. Este año se celebró de manera especial pues Puerto Rico, que siempre se ha destacado por ser una isla con una mina de talentos, en 1967 recibe en San Juan el nacimiento de una gema color caoba. Mujer joven, talentosa, educada, de buenas maneras y de personalidad agradable. Yvonne Denis Rosario irradia luz.
Poseedora de una Maestría en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón, actualmente continua estudios para obtener el grado doctoral en el Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico.
Sus cuentos y poemas han sido publicados en importantes revistas literarias. Tiene una novela inédita y un poemario. Fue invitada como poeta al 1er y al 2do. Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico, este último celebrado en la Universidad Metropolitana (UMET).
Denis Rosario, fuente inagotable que domina magistralmente la técnica narrativa nos sorprende con su primer libro,"Capá Prieto" de la Editorial Isla Negra (2009), y nos concede una entrevista.
La entrevista
El Sr. Arnaldo González nos recibe con su gentileza y disposición ya reconocida dando paso con su apoyo a lo mejor del talento puertorriqueño. Gustosamente nos ha cedido un espacio para entrevistar a Denis Rosario en la Librería Mágica localizada en el pueblo de Río Piedras. Nos encontramos rodeadas de libros, lo que nos permite sentirnos en nuestro elemento común.
DB: Yvonne, Capá Prieto trata el tema de la negritud. Nos gustaría preguntarte antes de comentar sobre lo que has escrito, ¿cuándo te das cuenta de que quieres escribir y llegar a ser escritora, ¿fue por casualidad?, ¿cómo ocurre?
Y.D.R.: Gracias por la invitación a esta entrevista, estoy agradecida. No hay una fecha concreta que yo pueda decir en la que haya decidido ni en la que me haya catalogado yo misma como escritora. Si sé, y aún conservo documentos y escritos que hacia en mi adolescencia, los diarios físicos que una joven procura tener a escondidas en su cuarto. De esos diarios y através de esas cosas que escribí, con el tiempo me dí cuenta que había poesía, que había historias, que había relatos de mi diario vivir. Ya de adulta me percato que estaba desarrollando la escritura sin darme cuenta, realmente así es que surge.
DB: ¿Qué recuerdas de tu infancia que te haya hecho sentir esta necesidad de escribir, de hacer algo importante en tu vida?
Y.D.R.: Recuerdo que en mi juventud cuando estudiaba en la escuela Luz América Calderón en Carolina, había una profesora que no olvido, la Profesora Marie Ramos que me daba clases de español y promovía certámenes entre los estudiantes. Hubo un certamen de poesía en honor a Julia de Burgos al que yo me atreví a participar, escribí un poema y me gané una mención honorífica. Para mi ese fue el inicio de que quería escribir y siempre lo recuerdo. Aún conservo el poema y el pergamino que me entregaron. En términos de escritura, mi juventud la recuerdo a partir de ese momento. Aparte, claro, de mis escritos secretos como joven.
DB: Cuando se lleva un diario personal uno se desborda en escribir cosas.
Y.D.R: Sí, conservo los diarios todavía. Creo que hasta antes de mis trece años, y aún en mis dieciocho años, seguí escribiéndo en ellos y escondiéndolos. Los compraba y guardaba dinero para poder adquirir esos diarios que tenían llave.
DB: Eventos y situaciones importantes en tu vida te llevan a escribir. Generalmente los escritores han leído algún escritor o escritora que pasa a ser un modelo o fuente de inspiración, y se llega a pensar "en algún momento de mi vida me gustaría desbordar todas estas letras y ponerlas con sentido".
Y.D.R.: Sí, recuerdo que la primera vez que leí Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, fue la experiencia más maravillosa de mi vida. El tener un libro en mis manos y disfrutármelo con tanta emoción, de hecho, esa edición que compré de joven aún la conservo. Admiraba y admiro la manera en que él escribe, por los detalles, me gustan mucho los detalles y sobre todo, como él analiza los personajes, los describe y juega con tantas palabras. Él fue alguien que me motivó muchísimo, no solamente para escribir sino para amar la lectura, una va del lado de la otra.
DB: Tus cuentos han sido publicado por las revistas literarias Tonguas, El Cuervo, la Revista Cayey, Revista Identidad y Letras Salvajes. Además tus poemas fueron publicados por el Instituto de Cultura Puertorriqueña bajo el Proyecto para el Fomento del Quehacer Literario, la revista Guajana, el periódico Claridad. Estos fueron incluidos en la Antología Poética brasilera del Editorial Abrace y la Antología Premio Di Poesía Giulia Gonzaga, 40 A *2009* Millenio, en español e italiano. ¿Cuál fue tu primer escrito y cuál sería en este momento tu favorito?
Y.D.R.: Cuál fue el primero no recuerdo, pero sí recuerdo que como estudiante de maestría en Creación Literaria en la Universidad Sagrado Corazón, tuve que escribir mucho en los talleres pues se requería escribir cuentos de cierto número de páginas en menos de una semana, y eso me ayudó a desarrollar la escritura, a pesar de que tenía mi experiencia privada. En esas revistas precisamente practiqué mucho en cuentos.
Por ejemplo, en la Revista Tonguas de la Universidad de Puerto Rico, Departamento de Inglés, escribí un cuento que se llamaba “Sala de Emergencia”. Era un relato de unas personas que estaban en la Sala de Emergencias de un hospital y cómo la dinámica de gentes que llegan con diferentes situaciones de emergencia se mezclan. En el hay un señalamiento bien interesante sobre la gente que escucha reguetón, la filosofía de cómo entierran a las personas que pertenecen a este grupo en los cementerios, mezclo a Teo Calderón en una interesante mezcla de sentir y de formas de vivencias.
En la Revista Cuervos se publicó otro cuento que tiene que ver con una persona que se encerró en una nevera porque tenían problemas económicos y, todo ese episodio de estar dentro de una nevera y escuchar cuando se va el agua, cuando se va la luz, como vienen a tocarle la puerta para cobrarle las deudas, ese cuento me gustó mucho. Todo tiene que ver con situaciones del diario vivir de cualquier persona común.
DB: Sentimos curiosidad por saber, ¿te sientes cómoda con la técnica narrativa?
Y.D.R.: Si, ciertamente me fascina narrar. Sobre todo observar para narrar. Yo creo que no hay forma de narrar ni de hacer historia, si tú no estás pendiente a tu entorno, a la gente que tienes cerca, a tu diario vivir. No se puede escribir si no observas a la gente que está a tu alrededor, ciertamente.
DB: Ellos te sirven de fuente.
Y.D.R.: Ciertamente.
DB: Queremos saber, ya que al leer Capá Prieto nos damos cuenta, y a lo mejor ya en otras entrevistas te lo pueden haber preguntado, ¿cómo llegas a escribir esos retazos de la historia de Puerto Rico y los entrelazas de tal forma que los conviertes en cuento?
Y.D.R.: Pues, yo no tengo idea de cómo lo hice. Claro, me gusta la historia. Pensaba que no me gustaba pero sí me gusta, tengo que admitirlo. Recuerdo que una profesora me dijo, “definitivamente tú tienes una inclinación por la historia”. Bueno, no lo miraba desde ese punto de vista. Pensaba en la historia como algo que se conoce y al querer mezclarlo con ficción, que es lo que hago en la mayoría de estos cuentos, el resultado fue favorable, pero sí he entrelazado historia con ficción y me ha gustado. La verdad es que el resultado me parece interesante sin dañar la historia. Ahí tuve mucho cuidado porque hay historias que son verdaderas y que yo no quiero trasgredir. Estuve muy pendiente de eso.
DB: Eso nos lleva a preguntarte, ¿qué es lo que más deseas destacar en tus cuentos según vas desarrollando lo que vas escribiendo, el diálogo entre los personajes, la historia o ambos?
Y.D.R.: Pensando en el libro, (Capá Prieto), específicamente en el primer cuento, “El silenciamiento”, yo quería jugar con la historia y hacerle saber al lector que hay unas historias que no se han contado. Precisamente, ese cuento trata de los negros que se enfrentaron a los ingleses en las playas de Puerto Rico. Quería destacar, precisamente, que estos negros sí los enfrentaron y que gracias a su intervención se evitó una tragedia mayor. En ese sentido utilicé la historia. También quería, por supuesto, resaltar y hacer saber que estos personajes negros, en este caso, tuvieron una labor encomiable en la historia de Puerto Rico. Por supuesto nuestros historiadores lo olvidan dando siempre mayor peso e importancia a x grupo étnico y no a los negros precisamente.
Y, sí, mis cuentos tienen esa inclinación en sobresaltar y hacer saber que los negros sí tenemos historia. Como decía Schomburg que “los negros hemos aportado a la historia de Puerto Rico”.
DB:¿Cómo llegas a escoger y a desarrollar los personajes?
Y.D.R.: Para escoger los personajes tuve primero que meditar, pues son personajes hombres y mujeres. No quería que fueran solamente hombres ni tampoco quería que fueran solo mujeres. Así, que hice un escogido que fue un tanto difícil ya que hubo gente que me hubiese gustado traer y que posiblemente trabaje otro libro de cuentos que tenga que ver con esos personajes que se quedaron. Escogí los personajes al azar casi, y porque me inclinaba en que esa historia me gustaba, me parecía interesante rescatar. No fue una selección arbitraria. Fue, así de repente. Saltaron a mi vista y dije, este me gusta. Y así fue.
DB: Llegaron a ti.
YDR: Llegaron a mí de alguna forma.
DB: ¿Alguna característica en particular que desees destacar y dar a conocer en tus personajes?
Y.D.R.: En general en todos, como dije, resaltar el lado positivo de esos personajes y su aportación como seres humanos, como trabajadores, como obreros, como personas que son parte de nuestra historia.
DB: Todos los cuentos llaman la atención, pero siempre hay algo que uno le quiere preguntar a la autora. Como por ejemplo, en “Barrotes Olvidados”, describes la cárcel La Princesa como la decoradora que entra y va mirando todo este lugar, la estructura, lo que contiene y lo va describiendo. ¿Cómo llegas ahí? Dices por ejemplo en una parte que “las telarañas eran como cortinas”. Esa descripción me encantó.
Y.D.R.: Pues, fue algo que no puedo ni contestarte concretamente el por qué. Pero, sí, antes de hacer este cuento, había estudiado muchísimo esa estructura de la cárcel La princesa. Y más que la cárcel los personajes, en este caso Don Pedro Albizu Campos que estuvo allí. Me interesaba eso de cómo ese hombre estuvo allá dentro, cómo era ese lugar. Te admito que nunca he ido. Llevé a cabo una investigación sobre el lugar, cómo fue fundada, cómo se utilizaba en aquella época.
Me la imaginaba, soñé, fantaseaba con La Princesa y me metí allá dentro; todo lo que había estudiado y analizado. Ví as telarañas, y pensaba, esas telarañas son cortinas porque es una estructura vieja, que claro, hoy día tiene otro propósito en nuestro Puerto Rico. Pero la veía así, una estructura con sus detalles. Al existir una estructura con todos esos detalles, era importante señalarlo, poder personificarla, como está personificada en ese cuento, cumplió un propósito en Puerto Rico.
DB: Llegué a pensar que habías visitado la cárcel La Princesa por como la describes. Otra cosa que gustó mucho fue que la personificas. Ella habla, ella se comunica con Albizu, le dice cosas, le hace reclamaciones. Él le contesta y en un momento dado tengo la impresión de que se defiende ante ella y le da razones. El que le des vida a la cárcel es genial, ¿cómo le das esa vida?
Y.D.R.: Es que no podía darle vida a Albizu porque era innecesario. Para mí, aunque la protagonista de ese cuento es la cárcel La Princesa, solapadamente yo quería, obviamente, hacer sobresalir a Don Pedro Albizu Campos. No era necesario porque Don Pedro Albizu Campos no necesita que nadie lo ponga a protagonizar nada porque el era todo un protagonista y tiene vigencia con su legado. Entonces, para evitar caer en el cliché, como diría mi profesor de maestría Dr. Luis López Nieves, dije, pues no voy a darle protagonismo a Don Pedro Albizu Campos, no lo necesita, y sí le voy a dar protagonismo a la cárcel. La convertí en una mujer que acoge a este hombre, que ella creía que era un minúsvalido y una persona sin importancia.
Pero hubo ese enfrentamiento entre ella y él, porque ella se sentía superior a él pero, realmente, era Don Pedro. Por eso quise hacer esa personificación a ella. Como una dama temeraria que acogía este hombre, pero que en el fondo, ella sabía. Al final el lector sabrá que realmente el príncipe ahí era Don Pedro.
DB: Otra cosa que llama la atención es que ella le da permiso, le dice “Voy a permitir una visita a tu celda, la del arcoíris”.
Y.D.R.: Ahí hay algo, una mezcla de historia y de ficción también. En los estudios que yo realicé se comenta y se sabe sobre eso, que Don Pedro fue maltratado y torturado allí con radiación. Yo quería jugar con el asunto de esta torttura y el arcoíris. Hacerlo ver como que él era una persona que estaba desquiciado, que era lo que se comentaba que él estaba inventando cosas. Es un juego de palabras que utilicé.
DB: Yvonne, en el cuento Ama de leche, es interesante cómo los hijos de las damas blancas eran amamantados por una mujer negra. Si eran rechazadas por ser negras, ¿cómo permitir que sus hijos se alimenten de una mujer negra? ¿Qué nos puedes decir a eso?
Y.D.R.: Esa es una de las inconsistencia del racismo, porque, digo yo, tú tienes toda la razón, una mujer esclava parte de su esclavitud era también dar de lo que ella tenía. En el caso del ama de leche, era su leche materna. No era la leche, como en el caso del ama de leche que brotaba en el cuento. Dicho sea de paso, ese personaje Maíta, era mi bisabuela, sí fue esclava. Tenía dos hijos, uno se llamaba Pio. Era él a quien ella amamantaba, pero como ella trabaja en casa de esa familia, gente adinerada, como esclava también proveía de su leche a esos niños blancos. Luego ella fue esclava liberta. Antes de escribir el cuento estudié que era normal en esa época que se contrataran mujeres para hacerlo.
Es interesante porque precisamente me escribió por correo electrónico el Dr. Víctorien Lavou, de la Universidad Perpignan en Francia, que tuvo en sus manos el libro y que el cuento Ama de leche, lo iba asignar a sus estudiantes a nivel de maestría e. Me decía que eso era una práctica común. Que en Europa inclusive utilizaban a las mujeres blancas para dar leche a otros niños que sus madres producían leche. En el caso de mi bisabuela Maíta, una mujer negra de esa época, era parte de sus servicios, era algo normal de la época.
DB: Describes, además, en este cuento que para las mujeres blancas que no podían amamantar era vergonzoso que no produjeran suficiente leche como para alimentar a sus bebés. Esto era algo que mantenían escondido, era un secreto.
Y.D.R: Era un secreto. Lo paradójico que es lo que me parece interesante es que esa mujer negra que estaba sirviéndole a ellos, era la que le daba a sus niños ese primer alimento esencial. Esa negra precisamente, rechazada por la sociedad por ser negra, en una época de esclavitud.
DB: El ama de leche la al tener a su cargo el cuido, influía en la crianza y desarrollaba cierto vínculo con el niño blanco.
Y.D.R.: Eso me recuerda a Lupe la nana de Luis Palés Matos, que también tuvo mucho que ver en su formación y en lo que hoy tenemos de todo lo que generaron a favor de la negritud.
DB: El primer cuento que leí fue “La cucaracha y el ratón en la biblioteca”. Tu personaje, Pura Belpré, llega para un entrevista a una sucursal de la biblioteca pública de Nueva York. La señora Adams, quien la va a entrevistar, tan pronto vé a Pura Belpré inmediatamente piensa que ella iba para solicitar la plaza de mantenimiento. Eso impactó. Qué puedes comentar.
Y.D.R.: Bueno eso, claro, es producto de mi invención, es creatividad. Mi personaje es la señora Pura Belpré, es mi personaje principal, que era bibliotecaria. Ella nació en Cidra, y sí es histórico que ella fue a los Estados Unidos a la boda de su hermana y se quedó. Fue la primera puertorriqueña negra que dirigió una sala de bibliotecas en la ciudad de Nueva York, que aún conservan en la Biblioteca del Centro Hunter College y toda la información sobre ella. En esa época le hacía a los niños historias orales, los cuentos que en Puerto Rico hemos escuchado de generación en generación, pero que nadie había escrito. De hecho, ella hace un libro en inglés sobre eso para niños.
Ese detalle de que ella entre a la biblioteca a solicitar empleo, yo quiero de alguna manera señalar algo bien obvio, porque es un asunto de racismo. De que al ver la negra, pues entendía, que la posición que iba a procurar en ese lugar era de la de una empleada de mantenimiento. Sin menospreciar, por su puesto, que habemos muchísimos negros que trabajan en el área de mantenimiento y en otras áreas. Eso era lo que yo quería hacer ver en ese cuento. Ella tenía la capacidad y estaba preparada para trabajar en una sala de niños en donde, precisamente estaban buscando a alguien que, como ella, hablara inglés y español. Es una manera de denunciar que a veces discriminamos y prejuiciamos contra los negros, como que no tienen capacidades. En el cuento esa es una forma de defenderlos.
DB: Cada vez que repaso el cuento “Periódicos de ayer” tarareo en mi cabeza “mi amor es un periódico de ayer…” (como en la canción). No se puede evitar. Háblame de “Periódicos de Ayer”.
Y.D.R.: Ciertamente estuve pensando en esa canción, claro uno automáticamente piensa en ella. “Periódico de ayer” tiene que ver con este personaje que es amigo de Arturo Schomburg, otro puertorriqueño negro que se dedicó a recopilar toda la información sobre la historia del negro en distinto lugares del mundo. Hablo de periódicos porque eso era lo que él estaba haciendo, buscando en el ayer quizás entre periódicos información sobre los negros. Este otro personaje que está con él en ese cuento, Luis, guardaba periódicos y por eso es que tiene ese titulo. Uno piensa en la canción definitivamente es inevitable.
DB: Al leer el “Desahucio desde el palmar”, muy triste lo que le pasó a Adolfina Villanueva Osorio, es una situación trágica que caló hondo en muchas personas hasta el punto que hoy se recuerda.
Y.D.R.: Ese es uno de mis cuentos favoritos. Primero, me identifiqué con ella porque soy jefa de familia con dos hijos, una universitaria y otro adolescente. Me ví en Adolfina, aunque ella tenía su esposo quien trabajaba en las plantaciones en Estados Unidos, es un hecho histórioco, y estuvo muchos años fuera de Puerto Rico. Conocí a Adolfina y su historia porque mi hija, casualmente era amiga de la sobrina de Adolfina. Así fue que pude entrevistar a su hermana Martha Villanueva, a la que agradezco muchísimo haberme permitido entrevistarla ya que fueron largas horas hablando con ella de ese suceso en los años 80 que su hermana fue asesinada.
Porque fue desahuciada por unos terrenos que su familia había adquirido por derecho propio, por haber trabajado esa tierra. Esa historia fue bien dolorosa. Escucharla de su hermana y relatarme desde que se levantó por la mañana hasta el final del día cuando vio la ventana tiroteada, fueron unas horas de mucha intensidad. Estuvimos desde las cinco de la tarde hasta la una de la mañana. Cuando vimos el reloj estábamos sorprendidas porque habíamos entrado a una conversación bien profunda. Trabajar ese cuento también me dio mucho dolor, porque tenía que entonces remontarme a esa conversación que tuve con ella, tuvimos varias interrupciones porquese emocionaba, lloraba, tenía rabia. Fue una interesante prepararse para este cuento.
DB: Hay una pregunta obligatoria, nos gustaría saber en el momento en que empiezas a trabajar con “Capá Prieto,” ¿qué sentías?
Y.D.R.: Primero que nada quería escribir sobre ese tema. Este libro es el producto de mi Tésis de Maestría de la Universidad del Sagrado Corazón en Creación Literaria. Digo que el "producto" porque edité muchísimo y porque éste no es el resultado de la Tésis. Después que terminé la Tésis tuve que tomar todos esos cuentos y ponerlos como yo quería. Claro, en una tésis hay unos requisitos administrativos y académicos que hay que seguir, y este libro es exactamente lo que yo quería, lo que siempre quise, y el tema que quería manejar. No es un tema que quizás yo no vuelva a tocar. El asunto de la negritud no hay manera de que yo lo despegue de al lado mío porque soy una mujer negra. Tuve una bisabuela esclava, mi familia todas son gente negra. Somos de Carolina, de Villa Palmera y aquí me identifico con el tema. No hay forma de que yo pueda desconectarme de eso y de alguna manera lo traigo y lo seguiré trayendo.
DB: Lo llevas en tus venas.
Y.D.R.: Lo llevo en mis venas y en mi sangre.
DB: Yvonne, a veces uno cuando está estudiando se encuentra con este profesor, este maestro o maestra que ve en uno unas habilidades, unas destrezas, unos talentos. Muchos profesores te hacen saber que tienes este talento, te aconsejan que lo desarrolles.
¿Qué profesor, qué maestro en tus años de escuela intermedia, superior, a lo mejor ya en estudios superiores se dio cuenta, a lo mejor ya tu lo sabías porque uno se da cuenta de que uno tiene ciertas cosita, te dijo tú posees “este” talento. Especialmente en las bellas artes que te siguieras desarrollando, ¿fue este tu caso?
Y.D.R.: Sí. Hay de todo. Hay quien sabe que tienes talento y no te lo dice, y hay quien te ayuda a desarrollarlo. En mi caso particular, siempre lo mencionaré y él sabe que yo lo adoro, el Profesor Alberto Martínez Márquez, mi profesor de la clase de literatura puertorriqueña a través de la maestría en la Universidad Sagrado Corazón. La mejor clase que he cogido en literatura puertorriqueña. En ella no teníamos que hacer taller.
Él nos puso a escribir algunas cosas. No se porqué razón él me olfateo, como uno dice. Me detectó y me persiguió en la clase y me decía, "¿pero tu escribiste esto?", y yo decía sí. Delante de todos, nunca lo olvidaré, fue una vergüenza para mí, él gritó allí a viva voz, “esto que escribió Yvonne Denis, yo lo voy a publicar en mi revista”. Eso generó una emoción entre mis compañeros y en mí también y vergüenza pues yo no quería que nadie supiera nada. Además yo le había dado ese escrito a él como profesor. Lo divulgó y a él le debo que me descubrió, por decirlo así.
A partir de ese momento me dio muchísimas oportunidades, me publicó en varias revistas hasta el día de hoy, Alberto Martínez Márquez, poeta, escritor, que fuera también Director de Humanidades de la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla, me abrió las puertas. Siempre le estaré agradecida, pue él se atrevió a decir escribes bien y hay que publicarte. Cuando alguien te dice eso, ahora que uno tiene un poquito más de experiencia, se puede decir como escritor, si alguien te dice esto es publicable, hay que publicarte, eso es un honor.
DB: Entonces esto nos lleva a dar a conocer tu obra. Has publicado en las revistas Tonguas, El Cuervo, Cayey, Identidad, Letras Salvajes, Guajana y el periódico Claridad. Tus poemas fueron publicados bajo el Proyecto para el Fomento del Quehacer Literario por el Instituto de Cultura Puertorriqueña, en la Antología poética brasilera del Editorial Abrace y la Antología Premio Di Poesía Giulia Gonzaga, 40 A *2009* Milennio, en español e italiano. Comparte con nosotros sobre lo que sientes cuando recibes estos premios y reconocimientos.
Y.D.R.: Primero que nada, yo me asombro porque en mi caso, yo vengo de una familia humilde y sencilla. Los reconocimientos sí los agradezco y me emocionan. Pero también pienso que es el producto del esfuerzo de uno, ahí se ven, y se agradecen. No es uno sentirse vanagloriado, sentir esa vanidad y ese orgullo de, me gané tal premio, me publicaron en tal sitio, yo guardo silencio. Agradezco a Dios, a la vida, a los seres, a mi familia. Hay tanta gente a la que le tengo que agradecer tener esta experiencia de que se publiquen mis poemas en Italia, en Francia, en distintos lugares. Estoy agradecida, más que nada me siento agradecida.
DB: Tengo entendido que fuiste una de las poetas invitadas al Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico en la Univesidad Metropolitana (UMET).
Y.D.R. Sí, al primero y el segundo que fue en la Universiad Metropolitana (UMET). Fue una exposición poética excelente, con poetas con los cuales al lado de ellos yo me sentía pequeñita, eran de diferentes partes de Latino América. En la Universidad Metopolitana el trato que me dieron fue excepcional.
DB: Futuros proyectos.
Y.D.R. Estoy en unos proyectos de publicación. Estoy cursando estudios para obtener mi doctorado en Estudios Hispánicos en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Imparto Clases en el Departamento de Estudios Generales, a jóvenes de primer año que entran a la universidad. Es un gusto para mí estar en la docencia. Es un honor, ciertamente.
DB: La portada del libro llama mucho la atención, me encanta el concepto que expresa el artista del árbol, el "Capá Prieto".
Y.D.R.: Pues la portada es ese personaje, es una deidad que se llama Osain, obra del artista Samuel Lind, un loizeño quien me honró al diseñar esa portada para mí. Osain es una escultura que está en el Jardín Botánico en Caguas que lo había trabajado Samuel Lind.
Hace unos cuantos años fui a su taller a llevar a mi hermana. Él estaba trabajando, casualmente esa esculturas y quedé impresionada. Yo me enamoré. de Osain cuando lo ví. Fue impresionante porque es un hombre que sale del mangle, negro, por supuesto, con las características de su labios anchos, su quijada ancha, cabello crespo y se convierte en un árbol. Cuando lo vi me sorprendió. Al comenzar a trabajar en el libro de “Capá Prieto”, llamé a Samuel y le dije que yo quería una foto, una foto nada más de Osain. El me dijo “No, ninguna foto. Yo voy a pintar Osain para ti, para esa portada". Por supuesto le estoy eternamente agradecida, es una bendición grandísima. Le dije Osain es de los dos, ya no es tuyo, ya comparte conmigo también, es un obra maravillosa.
DB: Llama la atención en la portada de que además de Osain detrás hay una conga, una máscara, una cara. Eso estuvo genial.
Y.D.R.: Sí. Hay una mezcla interesante de asuntos que tienen que ver con la negritud; el mangle, la conga, la máscara. Este hombre saliendo del mangle, pero con fuerza.
DB: Sus raíces se ven fuertes, interpreto que él lleva como el impulso de salir, de seguir, de ir.
Y.D.R.: De fortalecerse cada vez más.
DB: Yvonne, en representación de la Universidad del Este te damos las gracias por honrarnos con esta esntrevista. Lamentamos que el tiempo haya pasado, porque eres tan rica en obra. Tenemos que hacer compromiso para una próxima ocasión porque esto no se queda aquí.
Y.D.R. Gracias a ustedes. Es un honor para mí, sobre todo formar parte de la historia que quieren ustedes trabajar. Sobre todo la imagen de Ana G. Méndez que es un pilar en Puerto Rico sobre la educación y su trayectoria. Es un honor estar entre las elegidas. Lo agradezco muchísimo.
Y.D.R.: Gracias. Dejo “Capá Prieto” contigo para que te lo lleves, y que continuen disfrutándolo.
D. Bodden
Administrador del Blog
Fuentes:
http://yvonnedenis.wordpress.com/2010/03/17/el-ciclo-toque-de-poesia-presenta-a-yvonne-denis-autora-del-libro-capa-prieto/
http://www.libreriamagicapr.com/
http://elyunque.com/Samuel_Lind.htm
Poseedora de una Maestría en Creación Literaria de la Universidad del Sagrado Corazón, actualmente continua estudios para obtener el grado doctoral en el Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico.
Sus cuentos y poemas han sido publicados en importantes revistas literarias. Tiene una novela inédita y un poemario. Fue invitada como poeta al 1er y al 2do. Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico, este último celebrado en la Universidad Metropolitana (UMET).
Denis Rosario, fuente inagotable que domina magistralmente la técnica narrativa nos sorprende con su primer libro,"Capá Prieto" de la Editorial Isla Negra (2009), y nos concede una entrevista.
La entrevista
El Sr. Arnaldo González nos recibe con su gentileza y disposición ya reconocida dando paso con su apoyo a lo mejor del talento puertorriqueño. Gustosamente nos ha cedido un espacio para entrevistar a Denis Rosario en la Librería Mágica localizada en el pueblo de Río Piedras. Nos encontramos rodeadas de libros, lo que nos permite sentirnos en nuestro elemento común.
DB: Yvonne, Capá Prieto trata el tema de la negritud. Nos gustaría preguntarte antes de comentar sobre lo que has escrito, ¿cuándo te das cuenta de que quieres escribir y llegar a ser escritora, ¿fue por casualidad?, ¿cómo ocurre?
Y.D.R.: Gracias por la invitación a esta entrevista, estoy agradecida. No hay una fecha concreta que yo pueda decir en la que haya decidido ni en la que me haya catalogado yo misma como escritora. Si sé, y aún conservo documentos y escritos que hacia en mi adolescencia, los diarios físicos que una joven procura tener a escondidas en su cuarto. De esos diarios y através de esas cosas que escribí, con el tiempo me dí cuenta que había poesía, que había historias, que había relatos de mi diario vivir. Ya de adulta me percato que estaba desarrollando la escritura sin darme cuenta, realmente así es que surge.
DB: ¿Qué recuerdas de tu infancia que te haya hecho sentir esta necesidad de escribir, de hacer algo importante en tu vida?
Y.D.R.: Recuerdo que en mi juventud cuando estudiaba en la escuela Luz América Calderón en Carolina, había una profesora que no olvido, la Profesora Marie Ramos que me daba clases de español y promovía certámenes entre los estudiantes. Hubo un certamen de poesía en honor a Julia de Burgos al que yo me atreví a participar, escribí un poema y me gané una mención honorífica. Para mi ese fue el inicio de que quería escribir y siempre lo recuerdo. Aún conservo el poema y el pergamino que me entregaron. En términos de escritura, mi juventud la recuerdo a partir de ese momento. Aparte, claro, de mis escritos secretos como joven.
DB: Cuando se lleva un diario personal uno se desborda en escribir cosas.
Y.D.R: Sí, conservo los diarios todavía. Creo que hasta antes de mis trece años, y aún en mis dieciocho años, seguí escribiéndo en ellos y escondiéndolos. Los compraba y guardaba dinero para poder adquirir esos diarios que tenían llave.
DB: Eventos y situaciones importantes en tu vida te llevan a escribir. Generalmente los escritores han leído algún escritor o escritora que pasa a ser un modelo o fuente de inspiración, y se llega a pensar "en algún momento de mi vida me gustaría desbordar todas estas letras y ponerlas con sentido".
Y.D.R.: Sí, recuerdo que la primera vez que leí Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, fue la experiencia más maravillosa de mi vida. El tener un libro en mis manos y disfrutármelo con tanta emoción, de hecho, esa edición que compré de joven aún la conservo. Admiraba y admiro la manera en que él escribe, por los detalles, me gustan mucho los detalles y sobre todo, como él analiza los personajes, los describe y juega con tantas palabras. Él fue alguien que me motivó muchísimo, no solamente para escribir sino para amar la lectura, una va del lado de la otra.
DB: Tus cuentos han sido publicado por las revistas literarias Tonguas, El Cuervo, la Revista Cayey, Revista Identidad y Letras Salvajes. Además tus poemas fueron publicados por el Instituto de Cultura Puertorriqueña bajo el Proyecto para el Fomento del Quehacer Literario, la revista Guajana, el periódico Claridad. Estos fueron incluidos en la Antología Poética brasilera del Editorial Abrace y la Antología Premio Di Poesía Giulia Gonzaga, 40 A *2009* Millenio, en español e italiano. ¿Cuál fue tu primer escrito y cuál sería en este momento tu favorito?
Y.D.R.: Cuál fue el primero no recuerdo, pero sí recuerdo que como estudiante de maestría en Creación Literaria en la Universidad Sagrado Corazón, tuve que escribir mucho en los talleres pues se requería escribir cuentos de cierto número de páginas en menos de una semana, y eso me ayudó a desarrollar la escritura, a pesar de que tenía mi experiencia privada. En esas revistas precisamente practiqué mucho en cuentos.
Por ejemplo, en la Revista Tonguas de la Universidad de Puerto Rico, Departamento de Inglés, escribí un cuento que se llamaba “Sala de Emergencia”. Era un relato de unas personas que estaban en la Sala de Emergencias de un hospital y cómo la dinámica de gentes que llegan con diferentes situaciones de emergencia se mezclan. En el hay un señalamiento bien interesante sobre la gente que escucha reguetón, la filosofía de cómo entierran a las personas que pertenecen a este grupo en los cementerios, mezclo a Teo Calderón en una interesante mezcla de sentir y de formas de vivencias.
En la Revista Cuervos se publicó otro cuento que tiene que ver con una persona que se encerró en una nevera porque tenían problemas económicos y, todo ese episodio de estar dentro de una nevera y escuchar cuando se va el agua, cuando se va la luz, como vienen a tocarle la puerta para cobrarle las deudas, ese cuento me gustó mucho. Todo tiene que ver con situaciones del diario vivir de cualquier persona común.
DB: Sentimos curiosidad por saber, ¿te sientes cómoda con la técnica narrativa?
Y.D.R.: Si, ciertamente me fascina narrar. Sobre todo observar para narrar. Yo creo que no hay forma de narrar ni de hacer historia, si tú no estás pendiente a tu entorno, a la gente que tienes cerca, a tu diario vivir. No se puede escribir si no observas a la gente que está a tu alrededor, ciertamente.
DB: Ellos te sirven de fuente.
Y.D.R.: Ciertamente.
DB: Queremos saber, ya que al leer Capá Prieto nos damos cuenta, y a lo mejor ya en otras entrevistas te lo pueden haber preguntado, ¿cómo llegas a escribir esos retazos de la historia de Puerto Rico y los entrelazas de tal forma que los conviertes en cuento?
Y.D.R.: Pues, yo no tengo idea de cómo lo hice. Claro, me gusta la historia. Pensaba que no me gustaba pero sí me gusta, tengo que admitirlo. Recuerdo que una profesora me dijo, “definitivamente tú tienes una inclinación por la historia”. Bueno, no lo miraba desde ese punto de vista. Pensaba en la historia como algo que se conoce y al querer mezclarlo con ficción, que es lo que hago en la mayoría de estos cuentos, el resultado fue favorable, pero sí he entrelazado historia con ficción y me ha gustado. La verdad es que el resultado me parece interesante sin dañar la historia. Ahí tuve mucho cuidado porque hay historias que son verdaderas y que yo no quiero trasgredir. Estuve muy pendiente de eso.
DB: Eso nos lleva a preguntarte, ¿qué es lo que más deseas destacar en tus cuentos según vas desarrollando lo que vas escribiendo, el diálogo entre los personajes, la historia o ambos?
Y.D.R.: Pensando en el libro, (Capá Prieto), específicamente en el primer cuento, “El silenciamiento”, yo quería jugar con la historia y hacerle saber al lector que hay unas historias que no se han contado. Precisamente, ese cuento trata de los negros que se enfrentaron a los ingleses en las playas de Puerto Rico. Quería destacar, precisamente, que estos negros sí los enfrentaron y que gracias a su intervención se evitó una tragedia mayor. En ese sentido utilicé la historia. También quería, por supuesto, resaltar y hacer saber que estos personajes negros, en este caso, tuvieron una labor encomiable en la historia de Puerto Rico. Por supuesto nuestros historiadores lo olvidan dando siempre mayor peso e importancia a x grupo étnico y no a los negros precisamente.
Y, sí, mis cuentos tienen esa inclinación en sobresaltar y hacer saber que los negros sí tenemos historia. Como decía Schomburg que “los negros hemos aportado a la historia de Puerto Rico”.
DB:¿Cómo llegas a escoger y a desarrollar los personajes?
Y.D.R.: Para escoger los personajes tuve primero que meditar, pues son personajes hombres y mujeres. No quería que fueran solamente hombres ni tampoco quería que fueran solo mujeres. Así, que hice un escogido que fue un tanto difícil ya que hubo gente que me hubiese gustado traer y que posiblemente trabaje otro libro de cuentos que tenga que ver con esos personajes que se quedaron. Escogí los personajes al azar casi, y porque me inclinaba en que esa historia me gustaba, me parecía interesante rescatar. No fue una selección arbitraria. Fue, así de repente. Saltaron a mi vista y dije, este me gusta. Y así fue.
DB: Llegaron a ti.
YDR: Llegaron a mí de alguna forma.
DB: ¿Alguna característica en particular que desees destacar y dar a conocer en tus personajes?
Y.D.R.: En general en todos, como dije, resaltar el lado positivo de esos personajes y su aportación como seres humanos, como trabajadores, como obreros, como personas que son parte de nuestra historia.
DB: Todos los cuentos llaman la atención, pero siempre hay algo que uno le quiere preguntar a la autora. Como por ejemplo, en “Barrotes Olvidados”, describes la cárcel La Princesa como la decoradora que entra y va mirando todo este lugar, la estructura, lo que contiene y lo va describiendo. ¿Cómo llegas ahí? Dices por ejemplo en una parte que “las telarañas eran como cortinas”. Esa descripción me encantó.
Y.D.R.: Pues, fue algo que no puedo ni contestarte concretamente el por qué. Pero, sí, antes de hacer este cuento, había estudiado muchísimo esa estructura de la cárcel La princesa. Y más que la cárcel los personajes, en este caso Don Pedro Albizu Campos que estuvo allí. Me interesaba eso de cómo ese hombre estuvo allá dentro, cómo era ese lugar. Te admito que nunca he ido. Llevé a cabo una investigación sobre el lugar, cómo fue fundada, cómo se utilizaba en aquella época.
Me la imaginaba, soñé, fantaseaba con La Princesa y me metí allá dentro; todo lo que había estudiado y analizado. Ví as telarañas, y pensaba, esas telarañas son cortinas porque es una estructura vieja, que claro, hoy día tiene otro propósito en nuestro Puerto Rico. Pero la veía así, una estructura con sus detalles. Al existir una estructura con todos esos detalles, era importante señalarlo, poder personificarla, como está personificada en ese cuento, cumplió un propósito en Puerto Rico.
DB: Llegué a pensar que habías visitado la cárcel La Princesa por como la describes. Otra cosa que gustó mucho fue que la personificas. Ella habla, ella se comunica con Albizu, le dice cosas, le hace reclamaciones. Él le contesta y en un momento dado tengo la impresión de que se defiende ante ella y le da razones. El que le des vida a la cárcel es genial, ¿cómo le das esa vida?
Y.D.R.: Es que no podía darle vida a Albizu porque era innecesario. Para mí, aunque la protagonista de ese cuento es la cárcel La Princesa, solapadamente yo quería, obviamente, hacer sobresalir a Don Pedro Albizu Campos. No era necesario porque Don Pedro Albizu Campos no necesita que nadie lo ponga a protagonizar nada porque el era todo un protagonista y tiene vigencia con su legado. Entonces, para evitar caer en el cliché, como diría mi profesor de maestría Dr. Luis López Nieves, dije, pues no voy a darle protagonismo a Don Pedro Albizu Campos, no lo necesita, y sí le voy a dar protagonismo a la cárcel. La convertí en una mujer que acoge a este hombre, que ella creía que era un minúsvalido y una persona sin importancia.
Pero hubo ese enfrentamiento entre ella y él, porque ella se sentía superior a él pero, realmente, era Don Pedro. Por eso quise hacer esa personificación a ella. Como una dama temeraria que acogía este hombre, pero que en el fondo, ella sabía. Al final el lector sabrá que realmente el príncipe ahí era Don Pedro.
DB: Otra cosa que llama la atención es que ella le da permiso, le dice “Voy a permitir una visita a tu celda, la del arcoíris”.
Y.D.R.: Ahí hay algo, una mezcla de historia y de ficción también. En los estudios que yo realicé se comenta y se sabe sobre eso, que Don Pedro fue maltratado y torturado allí con radiación. Yo quería jugar con el asunto de esta torttura y el arcoíris. Hacerlo ver como que él era una persona que estaba desquiciado, que era lo que se comentaba que él estaba inventando cosas. Es un juego de palabras que utilicé.
DB: Yvonne, en el cuento Ama de leche, es interesante cómo los hijos de las damas blancas eran amamantados por una mujer negra. Si eran rechazadas por ser negras, ¿cómo permitir que sus hijos se alimenten de una mujer negra? ¿Qué nos puedes decir a eso?
Y.D.R.: Esa es una de las inconsistencia del racismo, porque, digo yo, tú tienes toda la razón, una mujer esclava parte de su esclavitud era también dar de lo que ella tenía. En el caso del ama de leche, era su leche materna. No era la leche, como en el caso del ama de leche que brotaba en el cuento. Dicho sea de paso, ese personaje Maíta, era mi bisabuela, sí fue esclava. Tenía dos hijos, uno se llamaba Pio. Era él a quien ella amamantaba, pero como ella trabaja en casa de esa familia, gente adinerada, como esclava también proveía de su leche a esos niños blancos. Luego ella fue esclava liberta. Antes de escribir el cuento estudié que era normal en esa época que se contrataran mujeres para hacerlo.
Es interesante porque precisamente me escribió por correo electrónico el Dr. Víctorien Lavou, de la Universidad Perpignan en Francia, que tuvo en sus manos el libro y que el cuento Ama de leche, lo iba asignar a sus estudiantes a nivel de maestría e. Me decía que eso era una práctica común. Que en Europa inclusive utilizaban a las mujeres blancas para dar leche a otros niños que sus madres producían leche. En el caso de mi bisabuela Maíta, una mujer negra de esa época, era parte de sus servicios, era algo normal de la época.
DB: Describes, además, en este cuento que para las mujeres blancas que no podían amamantar era vergonzoso que no produjeran suficiente leche como para alimentar a sus bebés. Esto era algo que mantenían escondido, era un secreto.
Y.D.R: Era un secreto. Lo paradójico que es lo que me parece interesante es que esa mujer negra que estaba sirviéndole a ellos, era la que le daba a sus niños ese primer alimento esencial. Esa negra precisamente, rechazada por la sociedad por ser negra, en una época de esclavitud.
DB: El ama de leche la al tener a su cargo el cuido, influía en la crianza y desarrollaba cierto vínculo con el niño blanco.
Y.D.R.: Eso me recuerda a Lupe la nana de Luis Palés Matos, que también tuvo mucho que ver en su formación y en lo que hoy tenemos de todo lo que generaron a favor de la negritud.
DB: El primer cuento que leí fue “La cucaracha y el ratón en la biblioteca”. Tu personaje, Pura Belpré, llega para un entrevista a una sucursal de la biblioteca pública de Nueva York. La señora Adams, quien la va a entrevistar, tan pronto vé a Pura Belpré inmediatamente piensa que ella iba para solicitar la plaza de mantenimiento. Eso impactó. Qué puedes comentar.
Y.D.R.: Bueno eso, claro, es producto de mi invención, es creatividad. Mi personaje es la señora Pura Belpré, es mi personaje principal, que era bibliotecaria. Ella nació en Cidra, y sí es histórico que ella fue a los Estados Unidos a la boda de su hermana y se quedó. Fue la primera puertorriqueña negra que dirigió una sala de bibliotecas en la ciudad de Nueva York, que aún conservan en la Biblioteca del Centro Hunter College y toda la información sobre ella. En esa época le hacía a los niños historias orales, los cuentos que en Puerto Rico hemos escuchado de generación en generación, pero que nadie había escrito. De hecho, ella hace un libro en inglés sobre eso para niños.
Ese detalle de que ella entre a la biblioteca a solicitar empleo, yo quiero de alguna manera señalar algo bien obvio, porque es un asunto de racismo. De que al ver la negra, pues entendía, que la posición que iba a procurar en ese lugar era de la de una empleada de mantenimiento. Sin menospreciar, por su puesto, que habemos muchísimos negros que trabajan en el área de mantenimiento y en otras áreas. Eso era lo que yo quería hacer ver en ese cuento. Ella tenía la capacidad y estaba preparada para trabajar en una sala de niños en donde, precisamente estaban buscando a alguien que, como ella, hablara inglés y español. Es una manera de denunciar que a veces discriminamos y prejuiciamos contra los negros, como que no tienen capacidades. En el cuento esa es una forma de defenderlos.
DB: Cada vez que repaso el cuento “Periódicos de ayer” tarareo en mi cabeza “mi amor es un periódico de ayer…” (como en la canción). No se puede evitar. Háblame de “Periódicos de Ayer”.
Y.D.R.: Ciertamente estuve pensando en esa canción, claro uno automáticamente piensa en ella. “Periódico de ayer” tiene que ver con este personaje que es amigo de Arturo Schomburg, otro puertorriqueño negro que se dedicó a recopilar toda la información sobre la historia del negro en distinto lugares del mundo. Hablo de periódicos porque eso era lo que él estaba haciendo, buscando en el ayer quizás entre periódicos información sobre los negros. Este otro personaje que está con él en ese cuento, Luis, guardaba periódicos y por eso es que tiene ese titulo. Uno piensa en la canción definitivamente es inevitable.
DB: Al leer el “Desahucio desde el palmar”, muy triste lo que le pasó a Adolfina Villanueva Osorio, es una situación trágica que caló hondo en muchas personas hasta el punto que hoy se recuerda.
Y.D.R.: Ese es uno de mis cuentos favoritos. Primero, me identifiqué con ella porque soy jefa de familia con dos hijos, una universitaria y otro adolescente. Me ví en Adolfina, aunque ella tenía su esposo quien trabajaba en las plantaciones en Estados Unidos, es un hecho histórioco, y estuvo muchos años fuera de Puerto Rico. Conocí a Adolfina y su historia porque mi hija, casualmente era amiga de la sobrina de Adolfina. Así fue que pude entrevistar a su hermana Martha Villanueva, a la que agradezco muchísimo haberme permitido entrevistarla ya que fueron largas horas hablando con ella de ese suceso en los años 80 que su hermana fue asesinada.
Porque fue desahuciada por unos terrenos que su familia había adquirido por derecho propio, por haber trabajado esa tierra. Esa historia fue bien dolorosa. Escucharla de su hermana y relatarme desde que se levantó por la mañana hasta el final del día cuando vio la ventana tiroteada, fueron unas horas de mucha intensidad. Estuvimos desde las cinco de la tarde hasta la una de la mañana. Cuando vimos el reloj estábamos sorprendidas porque habíamos entrado a una conversación bien profunda. Trabajar ese cuento también me dio mucho dolor, porque tenía que entonces remontarme a esa conversación que tuve con ella, tuvimos varias interrupciones porquese emocionaba, lloraba, tenía rabia. Fue una interesante prepararse para este cuento.
DB: Hay una pregunta obligatoria, nos gustaría saber en el momento en que empiezas a trabajar con “Capá Prieto,” ¿qué sentías?
Y.D.R.: Primero que nada quería escribir sobre ese tema. Este libro es el producto de mi Tésis de Maestría de la Universidad del Sagrado Corazón en Creación Literaria. Digo que el "producto" porque edité muchísimo y porque éste no es el resultado de la Tésis. Después que terminé la Tésis tuve que tomar todos esos cuentos y ponerlos como yo quería. Claro, en una tésis hay unos requisitos administrativos y académicos que hay que seguir, y este libro es exactamente lo que yo quería, lo que siempre quise, y el tema que quería manejar. No es un tema que quizás yo no vuelva a tocar. El asunto de la negritud no hay manera de que yo lo despegue de al lado mío porque soy una mujer negra. Tuve una bisabuela esclava, mi familia todas son gente negra. Somos de Carolina, de Villa Palmera y aquí me identifico con el tema. No hay forma de que yo pueda desconectarme de eso y de alguna manera lo traigo y lo seguiré trayendo.
DB: Lo llevas en tus venas.
Y.D.R.: Lo llevo en mis venas y en mi sangre.
DB: Yvonne, a veces uno cuando está estudiando se encuentra con este profesor, este maestro o maestra que ve en uno unas habilidades, unas destrezas, unos talentos. Muchos profesores te hacen saber que tienes este talento, te aconsejan que lo desarrolles.
¿Qué profesor, qué maestro en tus años de escuela intermedia, superior, a lo mejor ya en estudios superiores se dio cuenta, a lo mejor ya tu lo sabías porque uno se da cuenta de que uno tiene ciertas cosita, te dijo tú posees “este” talento. Especialmente en las bellas artes que te siguieras desarrollando, ¿fue este tu caso?
Y.D.R.: Sí. Hay de todo. Hay quien sabe que tienes talento y no te lo dice, y hay quien te ayuda a desarrollarlo. En mi caso particular, siempre lo mencionaré y él sabe que yo lo adoro, el Profesor Alberto Martínez Márquez, mi profesor de la clase de literatura puertorriqueña a través de la maestría en la Universidad Sagrado Corazón. La mejor clase que he cogido en literatura puertorriqueña. En ella no teníamos que hacer taller.
Él nos puso a escribir algunas cosas. No se porqué razón él me olfateo, como uno dice. Me detectó y me persiguió en la clase y me decía, "¿pero tu escribiste esto?", y yo decía sí. Delante de todos, nunca lo olvidaré, fue una vergüenza para mí, él gritó allí a viva voz, “esto que escribió Yvonne Denis, yo lo voy a publicar en mi revista”. Eso generó una emoción entre mis compañeros y en mí también y vergüenza pues yo no quería que nadie supiera nada. Además yo le había dado ese escrito a él como profesor. Lo divulgó y a él le debo que me descubrió, por decirlo así.
A partir de ese momento me dio muchísimas oportunidades, me publicó en varias revistas hasta el día de hoy, Alberto Martínez Márquez, poeta, escritor, que fuera también Director de Humanidades de la Universidad de Puerto Rico en Aguadilla, me abrió las puertas. Siempre le estaré agradecida, pue él se atrevió a decir escribes bien y hay que publicarte. Cuando alguien te dice eso, ahora que uno tiene un poquito más de experiencia, se puede decir como escritor, si alguien te dice esto es publicable, hay que publicarte, eso es un honor.
DB: Entonces esto nos lleva a dar a conocer tu obra. Has publicado en las revistas Tonguas, El Cuervo, Cayey, Identidad, Letras Salvajes, Guajana y el periódico Claridad. Tus poemas fueron publicados bajo el Proyecto para el Fomento del Quehacer Literario por el Instituto de Cultura Puertorriqueña, en la Antología poética brasilera del Editorial Abrace y la Antología Premio Di Poesía Giulia Gonzaga, 40 A *2009* Milennio, en español e italiano. Comparte con nosotros sobre lo que sientes cuando recibes estos premios y reconocimientos.
Y.D.R.: Primero que nada, yo me asombro porque en mi caso, yo vengo de una familia humilde y sencilla. Los reconocimientos sí los agradezco y me emocionan. Pero también pienso que es el producto del esfuerzo de uno, ahí se ven, y se agradecen. No es uno sentirse vanagloriado, sentir esa vanidad y ese orgullo de, me gané tal premio, me publicaron en tal sitio, yo guardo silencio. Agradezco a Dios, a la vida, a los seres, a mi familia. Hay tanta gente a la que le tengo que agradecer tener esta experiencia de que se publiquen mis poemas en Italia, en Francia, en distintos lugares. Estoy agradecida, más que nada me siento agradecida.
DB: Tengo entendido que fuiste una de las poetas invitadas al Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico en la Univesidad Metropolitana (UMET).
Y.D.R. Sí, al primero y el segundo que fue en la Universiad Metropolitana (UMET). Fue una exposición poética excelente, con poetas con los cuales al lado de ellos yo me sentía pequeñita, eran de diferentes partes de Latino América. En la Universidad Metopolitana el trato que me dieron fue excepcional.
DB: Futuros proyectos.
Y.D.R. Estoy en unos proyectos de publicación. Estoy cursando estudios para obtener mi doctorado en Estudios Hispánicos en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Imparto Clases en el Departamento de Estudios Generales, a jóvenes de primer año que entran a la universidad. Es un gusto para mí estar en la docencia. Es un honor, ciertamente.
DB: La portada del libro llama mucho la atención, me encanta el concepto que expresa el artista del árbol, el "Capá Prieto".
Y.D.R.: Pues la portada es ese personaje, es una deidad que se llama Osain, obra del artista Samuel Lind, un loizeño quien me honró al diseñar esa portada para mí. Osain es una escultura que está en el Jardín Botánico en Caguas que lo había trabajado Samuel Lind.
Hace unos cuantos años fui a su taller a llevar a mi hermana. Él estaba trabajando, casualmente esa esculturas y quedé impresionada. Yo me enamoré. de Osain cuando lo ví. Fue impresionante porque es un hombre que sale del mangle, negro, por supuesto, con las características de su labios anchos, su quijada ancha, cabello crespo y se convierte en un árbol. Cuando lo vi me sorprendió. Al comenzar a trabajar en el libro de “Capá Prieto”, llamé a Samuel y le dije que yo quería una foto, una foto nada más de Osain. El me dijo “No, ninguna foto. Yo voy a pintar Osain para ti, para esa portada". Por supuesto le estoy eternamente agradecida, es una bendición grandísima. Le dije Osain es de los dos, ya no es tuyo, ya comparte conmigo también, es un obra maravillosa.
DB: Llama la atención en la portada de que además de Osain detrás hay una conga, una máscara, una cara. Eso estuvo genial.
Y.D.R.: Sí. Hay una mezcla interesante de asuntos que tienen que ver con la negritud; el mangle, la conga, la máscara. Este hombre saliendo del mangle, pero con fuerza.
DB: Sus raíces se ven fuertes, interpreto que él lleva como el impulso de salir, de seguir, de ir.
Y.D.R.: De fortalecerse cada vez más.
DB: Yvonne, en representación de la Universidad del Este te damos las gracias por honrarnos con esta esntrevista. Lamentamos que el tiempo haya pasado, porque eres tan rica en obra. Tenemos que hacer compromiso para una próxima ocasión porque esto no se queda aquí.
Y.D.R. Gracias a ustedes. Es un honor para mí, sobre todo formar parte de la historia que quieren ustedes trabajar. Sobre todo la imagen de Ana G. Méndez que es un pilar en Puerto Rico sobre la educación y su trayectoria. Es un honor estar entre las elegidas. Lo agradezco muchísimo.
Y.D.R.: Gracias. Dejo “Capá Prieto” contigo para que te lo lleves, y que continuen disfrutándolo.
D. Bodden
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Fuentes:
http://yvonnedenis.wordpress.com/2010/03/17/el-ciclo-toque-de-poesia-presenta-a-yvonne-denis-autora-del-libro-capa-prieto/
http://www.libreriamagicapr.com/
http://elyunque.com/Samuel_Lind.htm
http://letrasrobadaspr.blogspot.com/
Maravillosa entrevista. Mi admiración a esta escritora.
ResponderEliminarGracias. Bienvenida al Blog Ana G. Mendez.
ResponderEliminarAdministrador del Blog
dadabodden